Relaciones tóxicas

¿Sabías que el vínculo más tóxico que vas a tener jamás es el que tienes contigo mismo?

Tu relación con los demás es un espejo del nexo que tienes contigo. Las llamadas personas tóxicas detectan tus carencias: tus vacíos son imanes para ellas. Lo que te molesta no es la toxicidad de la otra persona, sino la toxicidad que se activa en ti cuando interactúas. La única forma de librarte de ellas es desde la sanación del propio yo.

Te pondré un ejemplo: cuando estamos con alguien que nos trata peor de lo que nos tratamos a nosotros mismos, nos alejamos o ponemos límites… pero si nos trata igual (o mejor), nos quedamos ahí porque de una manera muy profunda pensamos que nos lo merecemos.

La cuestión es que, muchas veces, no eres consciente del trato que le das a tu yo. Es más fácil ver el daño que te hacen otros que admitir que el automaltrato es un hábito, una constante en el día a día. Este fenómeno se repite con frecuencia en mis sesiones: cuando pregunto a mis coachees si se quieren, todos dicen:

- ¡Por supuesto que sí!

Sólo tengo que escarbar un poquito para ver que no es cierto. Su ego, ese falso amor propio, enmascara la realidad y le pone la zancadilla a su felicidad.

Y a ti, ¿te pasa lo mismo? ¿Te amas a ti mismo? Piénsalo un momento... ¿Cómo te hablas cuando cometes un error? ¿Qué te dices cuando te miras al espejo? ¿Cuánto te fustigas cuando algo no sale como te gustaría?

Y ahora, la pregunta del millón: ¿Le hablarías así a tu mejor amigo?

Y ahora, la pregunta del trillón: ¿Y por qué a ti sí?

Te regalo una revelación: Si no conoces tu valor, nadie lo hará. El ego ataca de nuevo… es aquí donde se cuelan los que nos amargan la existencia. ¡Nosotros lo permitimos! Les damos la bienvenida y, al hacerlo, abrimos de par en par también las puertas del autoconocimiento: las relaciones interpersonales pueden ser una herramienta muy poderosa para conocer cosas de nosotros mismos que ni sabíamos.

Las personas tóxicas son grandes maestros. Nos ponen a prueba, nos fortalecen. Son lecciones con piernas que nos incomodan, que nos molestan, pero que nos enseñan que es posible aprender a la inversa. Gracias a estos maestros negros, podemos poner de manifiesto nuestra capacidad de superación y resistencia.

Todo superhéroe necesita un antagonista que le haga crecer ante la adversidad. No son amigos, sino villanos: no nos dan cariño sino todo lo contrario. Pero han venido a darnos una clase magistral y son capaces de hacernos sacar nuestro máximo potencial. ¿De verdad aún crees en víctimas y verdugos? Instalarnos en la queja nos debilita, es kriptonita… así que piensa:

- ¿Qué debo cambiar?

- ¿Qué debo aceptar?

- ¿Qué debo soltar?

Si me conozco, si me amo y si me trato con compasión, podré hacer lo mismo con los demás. Y eso siempre viene de vuelta , generando relaciones más profundas y de calidad. Reconciliarnos con nosotros mismos despierta nuestra capacidad de conectar con los demás… y esto determina en gran parte la calidad de nuestra vida.

Anterior
Anterior

4 pasos para Transformar tu realidad

Siguiente
Siguiente

Cambiar para mejor